Nuestra autoestima es una barrera de protección contra el sufrimiento mental.
Los descubrimientos realizados en los últimos veinte años en el campo de la psicología cognitiva han demostrado que la imagen y percepción negativa que tenemos de nosotros mismos es un elemento clave para la aparición de alteraciones psicológicas como estrés, ansiedad, depresión, inseguridad interpersonal, bajo rendimiento académico y laboral, problemas o incapacidad para regular las emociones y muchas más.
El resultado es muy claro: si nuestra autoestima no tiene la suficiente solidez, no viviremos en bienestar, sentiremos infelicidad y la ansiedad será nuestra compañera.
Quererse, valorarse y confiar en uno mismo, son probablemente los actos más relevantes que nos aseguran nuestra subsistencia en este mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo en el que vivimos.
Y recuerda, una cosa es ser arrogante, egocéntrico y soberbio y otra bien distinta es ser honestos y auténticos con nosotros mismos aceptando nuestra valía personal, que la tenemos, sin duda alguna. Humilde es ser consciente de nuestras debilidades, pero para nada supone que ignoremos valorarnos y reconocernos.
Recupera y cuida tu autoestima de manera saludable y sostenida para vivir en bienestar y ser más resistente a las embestidas cotidianas de la vida.
La autoestima es crucial para saber encontrar nuestro camino. No seremos capaces de encontrarlo si no creemos que seremos capaces de hacerlo.