Autoconocerte para comprenderte. Para ello, primero es necesario parar, serenar nuestra mente y respirar. Sólo así podremos escucharnos, cuestionarnos, reflexionar, mirar hacia dentro y ver qué es lo que nos inquieta, lo que nos hace sufrir, a lo que tenemos miedo y de lo que huimos.
Cuando paras, emergen las sombras, aquello que no te gusta de ti, pero te aseguro que también aparece tu luz, esa belleza que llevamos dentro y que puede sorprendernos y hacernos estremecer.
Reconocer qué está emergiendo en nosotros, aceptarlo con cariño, aunque no nos guste, abrazarlo, aunque sea desagradable, mirar hacia nuestro interior explorando nuestros juicios, nuestros miedos, preguntándonos qué nos afecta tanto y qué nos cuesta aceptar. De esta manera podremos entender con ecuanimidad, desde ese equilibrio mental en el que las emociones no nos desbordan.
Esto implica armonía y nos acabará llevando hacia momentos de paz mental, tan necesarios en nuestro día a día.
Te invito a empezar a caminar por el sendero del autoconocimiento para aprender a tener paz mental en todos los ámbitos de tu vida, tanto personal como profesional.
Puedes caminar sólo o acompañado, tú decides. El acompañamiento puede hacerte el camino más revelador, gratificante y con muchas más posibilidades de no desistir y de tomar consciencia cosas nuevas que, tal vez, pasen desapercibidas a tus ojos. Esto mejorará tu integración y aprendizaje.
¿Estás dispuesto a conocer todo lo que hay en ti, a comprenderte y a aprender a comprender a los demás?
La comprensión es amor y nos lleva a la paz mental.
