El liderazgo desde la esencia o desde el corazón

Mi verdad basada en mi experiencia de más de veinte años liderando y coliderando equipos humanos.

Esta es sólo mi verdad. Mi verdad basada en mi experiencia de más de veinte años liderando y coliderando equipos humanos. Mi verdad basada en la constatación teórica del liderazgo, en las antiguas corrientes, en las nuevas, en las actuales y ojalá en las futuras.

Liderar, para mí, implica muchas cosas a la vez.

Inspirar, apoyar, ilusionar, formar, informar, evaluar, recompensar, escuchar, comprender, sentir, estar presente, generar confianza, ser valiente, cuidar, ser paciente, aceptar, motivar, reconocer, transformar y amar.

 

El liderazgo desde la esencia o desde el corazón

Amar en el sentido de agapé (amor incondicional) y en el sentido de philia (amistad), y no en el de eros (deseo).

Amar como agapé, ya que sólo así puedes ser capaz de sentir con el otro. Amar como philia, ya que así se puede compartir y querer aprender, con un lenguaje común, originando con ello el crecimiento como personas.

Sé que esta necesidad innata del ser humano, AMOR, aplicarla al liderazgo de organizaciones puede resultar incómoda para algunos, pero ya he dicho que esta es mi verdad. Por favor, toma sólo aquello que se acomode a tu ideología o tenga sentido para ti y descarta todo lo demás. Toma aquello que te haga sentir, ahora, en congruencia internamente. Y digo ahora porque siempre estamos preparados para cambiar y, lo que hoy no nos resuena, puede resonarnos mañana, o no.

Unas veces con más acierto y otras no, pero algo tengo claro, el impacto de deja en las personas no es indiferente. Deja una huella, una semilla que en cada cuál hace que crezca la reflexión, el entendimiento, el cuestionamiento, el autocuidado, la consciencia, la ilusión y hasta el mismo amor en el sentido que he explicado antes. En cada persona la semilla crece diferente, en distintos tiempos y en distintas formas, pero está claro que hay crecimiento e incluso, si está en el camino de la persona, transformación.

Pero sé que no toda persona está preparada para esa eclosión. Todos tenemos nuestro camino, nuestro momento vital, nuestro propio ego, el principal enemigo de nosotros mismos.

Liderar desde la esencia es una necesidad vital de todo ser humano llamado a liderar. Hacerlo desde el ego no es auténtico y no genera paz mental. Liderar desde la esencia produce una alineación interior y una serenidad inconfundibles y eso es bueno. Así de sencillo y así de difícil.

Liderar con consciencia desde la propia transformación del líder

Y todo pasa por el propio proceso de transformación del líder, por ese proceso en el que eres capaz de identificar tu ego, desnudarte de ese disfraz autoimpuesto y decidir liderar desde el corazón. Aparecen, entonces, esas habilidades de vida que nacen desde la inteligencia emocional y que todos llevamos en nuestro ADN, sólo que están dormidas y que, cuando despiertan y las trabajas, comienzan a dar sus frutos.

Y liderar así no es incompatible con los resultados, ni con las estrategias, ni con el análisis, sino todo lo contrario. Liderar desde la esencia o desde el corazón tiene como resultado garantizado claridad, comunicación fluida y enriquecedora, satisfacción, eficiencia, eficacia, ilusión, bienestar y sentido, tanto para los líderes, como para su equipo, para la propia organización y para las personas que se benefician de los servicios o del producto final.

Liderar desde el corazón es como una onda expansiva de auténticos beneficios

Sé que esta necesidad innata del ser humano, AMOR, aplicarla al liderazgo de organizaciones puede resultar incómoda para algunos, pero ya he dicho que esta es mi verdad. Por favor, toma sólo aquello que se acomode a tu ideología o tenga sentido para ti y descarta todo lo demás. Toma aquello que te haga sentir, ahora, en congruencia internamente. Y digo ahora porque siempre estamos preparados para cambiar y, lo que hoy no nos resuena, puede resonarnos mañana, o no.

Durante mi camino vital he sentido y he experimentado lo que es liderar desde el miedo a no saber, desde el miedo a fallar, desde el miedo a la vulnerabilidad, desde la imposición, desde la atención sólo a los resultados, desde la angustia, desde el estrés, desde la ansiedad, desde la envidia, desde la comparación, en definitiva, desde el ego.

Y el ego no entendido como soberbia o arrogancia, sino desde el ego entendido como esa suma, por un lado, de conciencia que el ser humano tiene de sí mismo y de lo que tiene alrededor y, por el otro, de su intelecto, es decir, su razonamiento, su memoria, el aprendizaje recibido, los sentimientos, y la capacidad para decidir y resolver problemas.

El liderazgo desde la esencia o desde el corazón
Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia Financiado por la Unión Europea